domingo, 1 de noviembre de 2015

Memento Mori

De todos los temas que han perturbado al ser humano, sin duda la muerte ha sido el mas sobresaliente desde nuestros inicios. Tal vez sea porque pensar en la muerte es pensar en el porqué de la vida, de donde venimos y hacia adonde vamos, el desconocimiento de nuestro fin, que seguirá siendo un enigma por siempre. Miedo e impotencia hacia lo inevitable, que el ser humano ha intentado maquillar con la religión, pues así había esperanza hacia lo que nos sucede una vez muertos. Esto queda plasmado en el arte, desde la pintura, hasta la arquitectura, contando con todos los monumentos y entierros que se hacen a los que ya no están presentes, para que sigan estando en la memoria de todos.
En este día tan indicado, vamos a dar un pequeño paseo por la historia  y ver cómo hacían frente a la muerte a través de las manifestaciones artísticas. Pero si nos ponemos a hablar de este tema, la entrada puede no tener fin: tendríamos que hablar, en primer lugar, de los enterramientos prehistóricos, pasando por las grandes pirámides y templos, pues si hay una cultura mas interesada en este tema es la egipcia; por los múltiples sepulcros del medievo, y toda esa obsesión que predominaba en la época por enterrarse cerca del altar, claramente unido a la creencia cristiana imperante; tendremos que hablar de los cenotafios, de los monumentos mortuorios, entre otros muchos subtemas. En mi opinión, la muerte ha sido el detonante de casi todas las manifestaciones artísticas. Muchos otros dirán que es la religión, y tienen razón, pero yo pregunto ¿acaso no se creó la religión para dar sentido a la vida y tener esperanzas ante la inminente muerte, como ya dije anteriormente?
Por lo tanto, voy a acotar el tema y sobretodo me voy a centrar en determinadas obras que me parecen que mejor representan esta inquietud humana. 
Empezamos nuestro viaje en  la Baja Edad Media.  Nos encontramos en los sepulcros del siglo XIII con una imagen del fallecido idealizada, dormido, leyendo, etc. Todo esto cambia en el XIV, cuando llega un momento de crisis, con una mortalidad muy elevada, que hace que la gente entre en contacto con la muerte de manera muy real. A partir de aquí nos encontraremos con varios temas: la personificación de la muerte, el encuentro de los tres vivos y los tres muertos, la danza macabra y por último, el ars moriendi, que se puede traducir como "el arte del buen morir". 
Un asunto que va influir en este siglo va a ser el suceso relacionado con el Cementerio de los Inocentes en París. Muchas parroquias pertenecían a dicho cementerio, el cual era algo pequeño. Recordad que por estas fechas nos encontramos con la temida peste, y esto hará que en este pequeño cementerio le faltara sitio para enterrar a tantos fallecidos, por lo que tuvieron que desenterrar unos cuerpos para enterrar otros. La sorpresa fue que se encontraron no con esqueletos, que sería lo lógico, si no con cadáveres desecados, resultado del suelo arcilloso del terreno. Esto caló en el imaginario y se pasó a representar a la muerte de distintas maneras: la manera tradicional (esqueleto) o como un cadáver desecado. 
Sepultura del Cardenal Lagragne
en Avignon
Sepultura de Guillermo d'Harcigny

El ejemplo de esto lo tenemos a finales del siglo XIV, en la sepultura de Guillermo d' Harcigny, médico de Carlos VI. Fue el primero en representar sobre su sepultura un cadáver desecado, en vez de una estatua yacente como era habitual. El paso siguiente será el del cardenal Lagragne, que manda realizar dos sepulturas: una en Amiens donde va a mandar enterrar sus vísceras y otra en Avignon que es donde manda enterrar sus huesos.En esta última vemos su efigie con el cadáver desecado, junto a una inscripción. 
Por otra parte, en los muros del ya citado Cementerio de los Inocentes, se representa por primera vez el tema de los tres vivos y los tres muertos, y la danza macabra, también por vez primera.  
En el primer tema tenemos dos versiones: por una parte, la versión francesa, que se representa tres personajes ricamente ataviados y al lado tres cadáveres que no son la personificación de la muerte, si no los propios personajes muertos. En la versión italiana, por otro lado, se le añade la figura de un eremita que se dedica a meditar; se trata de una meditación acerca de la vida terrenal. Todo esto suele ir unido a unos textos. La muerte aquí se representa con la piel adherida al cuerpo, con una sonrisa sarcástica y el abdomen abierto, dejando a la vista unos gusanos . Podemos verla con una flecha, con una guadaña o con cualquier otro objeto que corta la vida.
Los tres vivos y los tres muertos, versión francesa.
El segundo tema, el de la danza macabra, es un tema que, como ya hemos dicho anteriormente, se encuentra  también en el cementerio de los Inocentes. Aquí vemos treinta parejas con su correspondiente difunto. Estas parejas tenían a sus pies una serie de versos que trataban de manera distinta al personaje: cuando se trataba de un personaje cuya vida había sido mas dura, sus versos eran mas benevolentes, pero si se

por el contrario ha vivido lleno de lujos y placeres, sus versos serían mas críticos. 
Este tema se difundió a partir del XV por una serie de grabados de Guyot Marchant, que recogía lo que acabamos de describir. Su máximo desarrollo lo tuvo en los siglos XVI y XVII.
Danzas macabras por Guyot Marchant.
Por último, tenemos el tema del ars moriendi. Se supone que son las tentaciones que el moribundo tiene en el lecho de muerte: por un lado, el demonio y por otro lado Dios  reclaman su alma. Serían pues tentaciones contra la fe, la paciencia y la lujuria. Esto está representado a través de los grabados, en los que nos encontramos en la parte delantera (recto) a la tentación, y en la inversa a la salvación. 








La Armonía o Las tres grcias, 
Hans Baldung Grien
Las edades y la Muerte,
  
Hans Baldung Grien.
Ahora vamos al siglo XVI, donde me gustaría destacar una pintura flamenca que me gusta especialmente. Se encuentra actualmente en el museo del Prado, en Madrid, de la mano de Hans Baldung Grien, Las Edades y la muerte. Esta junto a su hermana, La Armonia o Las tres gracias, pertenece a la última etapa del artista. Se trata de una alegoría de la fragilidad de la existencia humana, así como la belleza efímera. Me gusta destacar, en Las Edades y la Muerte,cómo el autor representa el ciclo de la vida: Niño, mujer joven y cadáver que sostiene una guadaña que a su vez toca el niño del primer término, materializando así la idea de una vida cíclica. 

Vanitas,
 Juriaen van Streeck.
Este óleo tiene que ver además con el tema de las Vanitas, género  fundamental para el surgimiento del bodegón como género individual. Esto es fundamental sobretodo en el Barroco.Se ha hablado mucho de una cultura del desengaño en el Barroco, que recuerda constantemente al hombre el triunfo de la muerte. En esta época, llena de lujos y suntuosidad, el arte nos hará una advertencia: "La muerte no perdona ni al alto ni al bajo, es tan cruel con el Papa y el Emperador como con el villano"  ( Jan Bialostocki, Estilo e Iconografía, pág. 38). Se trata a la muerte con dramatismo, característica principal del arte barroco. A veces se trata de un drama íntimo; otras, sombrío, lleno de matices teológicos. La muerte barroca no se puede entender con los parámetros culturales contemporáneos, y aquí entra la importancia de las Vanitas. Desde comienzos de la centuria del 1600 se produce en Europa una sensible renovación de la iconografía asociada a la muerte, convirtiéndola en una  reflexión acerca de la fugacidad y la vanidad de las cosas terrenas y, consecuentemente, acerca  de la finitud de la vida del hombre y de la esperanza de éste en lo que vendrá. Surgirá así una serie de imágenes que bien podrían ser consideradas el crepúsculo del entusiasmo, por una parte y, por la otra, la alborada del regocijo. Las Varitas siguen el pathos dramático del estilo, pero no hacia la desesperanza. Estas suelen tener un elemento que se repite constantemente: la calavera. Su presencia en estas obras es paradigmática, pues nos habla de una concepción muy particular en la religión cristiana, mas concretamente la católica. Esta imagen se proyecta en el futuro y convierte el presente en pasado, es decir, el espectador se pregunta cómo se manifestará su forma en el pasado una vez que haya muerto en el futuro. La calavera, al fin, es el efecto de la muerte, no su causa. 
Dando un salto bastante grande, en la primera mitad del siglo XIX se desarrolla en Europa un movimiento conocido como Romanticismo. Entre otras muchas cosas, destaca por la idealización que hacen de la muerte sobretodo el suicidio. Matarse por amor, por ejemplo, era lo mas sublime que encontraban. Un gran ejemplo de un romántico que llevó sus ideales hasta el extremo lo tenemos en Mariano José de Larra, quien se disparó, cuenta la leyenda, mirándose frente al espejo, para ver como se desvanecía su vida. Este interés de los románticos por el suicidio hizo que muchos detractores se jactaran de ellos mediante sátiras, tal como nos presenta Leonardo Alenza en 1839.
Sátira del Suicidio romántico,
Leonardo Alenza.
En ella, denuncia los excesos de los románticos, aquellos incomprendidos que entendían el suicidio como algo divino. Él critica este tópico romántico, llegando a ridiculizarlo.
Por otro lado, un ejemplo de cómo se idealiza la idea de la muerte lo tenemos en el cuadro  Gustavo Adolfo Bécquer en su lecho de muerte, por Vicente Palmaroli y González, actualmente en el Museo del Romanticismo en Madrid. Bécquer, como muchos sabréis, fue un escritor sevillano, que murió, en principio, a causa de la tuberculosis (la enfermedad de los románticos por excelencia) aunque según las malas lenguas moriría por sífilis. Aquí se nos presenta a un Bécquer joven, apuesto, que da la sensación de estar dormido en vez de muerto. Un cadáver hermoso, idealizado. 
Gustavo Adolfo Becquer en su lecho de muerte,
Vicente Palmaroli y González.






Otro tema es la representación de la muerte en los cuadros de historia. En el Romanticismo se opta por mirar a tiempos pasados, por lo que este género va a ser muy utilizado por los pintores. Hay varios hechos del pasado relacionados con la muerte dignos de ser representados en un lienzo, como por ejemplo, el entierro de Felipe el Hermoso. La importancia no recae en este rey, si no en la figura trágica de Juana la Loca, personaje con una historia que algunos románticos tuvieron en cuenta, como por ejemplo el español Francisco Pradilla. Aquí lo que mas interesa no es el tema de la muerte en sí, si no la locura por amor que desarrolla Juana, y que se puede ver cómo el pintor logra captar en el cuadro.

Doña Juana la Loca, Francisco Pradilla y Ortiz.
Siento que si sigo escribiendo esta publicación se haría pesada de escribir para mi y de leer para vosotros, así que no me queda otra que detenerme aquí. Tal vez siga con el tema de la muerte en otro momento. Lo que no quiero es acabar la entrada sin nombrar un cuadro que me apasiona: Las edades de la vida, de Caspar David Fiedrich. Este pintor romántico se caracteriza por sus alegorías en los cuadros, que los hacen mas complejos y duros de entender. Esta obra no deja de ser una alegoría de la vida, en la que por consiguiente se refleja la muerte, de una forma muy original. Podemos ver distintos barcos pintados en el lienzo: los que están a punto de zarpar, el nacimiento; los que ya están yendo a la deriva, como la vida misma; los que están volviendo de su travesía, como la vejez; por último, los que ya han llegado a tierra firme, la muerte. El barco que acababa de zarpar y el barco que vuelve de su viaje proceden de un mismo sitio, clara metáfora de que nosotros al morir volvemos al lugar de donde hemos venido.
Las edades de la vida, Caspar David Fiedrich.





viernes, 30 de octubre de 2015

Excursión a Burgos, parte II

Hace ya mucho que tenía pendiente esta entrada, desde que me enteré que cierta persona tenía más fotografías de Silos, Santa María de las Viñas y las Huelgas. La anterior entrada fue muy pobre, pero hoy os vais a hartar de imágenes, todas ellas fantásticas. Desde luego, es genial encontrarse con compañeros/as que se les de bien la fotografía.
SANTO DOMINGO DE SILOS:


















QUINTANILLA DE LAS VIÑAS:








Y por último: 
SANTA MARÍA DE LAS HUELGAS
















martes, 20 de octubre de 2015

Calentando motores.

El otro día, mi Máster organizó una excursión a Burgos y, me dije a mi misma ¿porqué no lo publico en mi blog? Por desgracia, yo no soy muy buena haciendo fotos, así que he tenido que robárselas a un compañero (desde aquí le doy las gracias por dejar que las descargara).
Esta excursión se realizo para una asignatura de Arte Medieval, pues aunque me voy a especializar en Arte Contemporáneo, en este primer cuatrimestre estudiamos de todo un poco, una macedonia de asignaturas se podría decir.
Nuestra primera parada fue el monasterio de Santo Domingo de Silos:

Evidentemente, nos detuvimos en su claustro, lo más importante de este monasterio y mas concretamente en sus capiteles, en las diferencias entre el primer y el segundo taller y en los relieves de sus esquinas.
Con algunos imprevistos en el autobús, visitamos a continuación Quintanilla de las Viñas:

Bueno, mas bien visitamos lo que queda de ella, pues solo ha llegado hasta nosotros lo correspondiente a la cabecera.
Y por último, el monasterio de Santa María de las Huelgas:


Sé que esta galería fotográfica es bastante escasa, pero las fotos que hice yo son muy maluchas, y esto es lo único que he podido recopilar. Aún así, esto me sirve para, como dice el título, ir calentando motores. Me tengo que concienciar en ser constante, y con todos los trabajos que me mandan en el Máster, mejor ir poco a poco.



martes, 13 de octubre de 2015

Empezamos

Este no es otro blog cualquiera de arte, o al menos no lo será para mí, pues será mi blog de arte. Aquí hablo de mi gran pasión, de lo que en realidad me dedico, pues ya soy una historiadora del arte, pese a quien le pese. No tengo tema fijo, pienso escribir desde el arte clásico, hasta el arte mas contemporáneo; desde la teoría del arte hasta su antropología. Lo ideal sería acercar el arte a todos los sectores de la sociedad, ese sería un bonito objetivo para mi blog. Pero sé que no será así,  y sin embargo tengo ilusión en este proyecto personal.
Para los que vienen y se quedan, sed bienvenidos.